martes, 19 de marzo de 2013

En el otoño...


Otoño

El dolor se petrifica en las tripas y se le apoda costumbre.
Al placer lo apuñalan las agujas del reloj al son de un torpe tic tac.
Van todos cuál bueyes mugiendo al unísono sobre la acera,
Y esos semáforos de mierda que no paran de ladrar,
Y esos burgueses remilgando, llorando su triste gula.

Hace falta mirar a un lado, hace falta respirar.
Hace falta detenerse a saborear los dientes de la mezquindad.
Hace falta prescindir de sí para poder amar.
Hace falta mirar a los ojos a la muerte y besarla sin más.
Sólo se vive con la herida abierta, hace falta morir para saber volar.
En el otoño engrosan las raíces.

Andrés B. G.

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