lunes, 29 de noviembre de 2010

Como gusanos en una tumba nos revolcamos.


Odiada amada mía

Ahí sigues, maldita,

Hermosa y desquiciada.

Ahí sigues tirada en el suelo,

Drogada hasta las pestañas,

Pidiendo que te penetre, pero sin besos.


Tu embriagante hedor a pus,

Que se concentra entre tus piernas,

Levita sobre la cama manchada de agonía.

Ésa esencia nauseabunda

Prólogo de mi llanto.


Me dan asco tus abrazos,

Tus caricias insolentes

Y tus dedos largos y morbosos,

Siempre masturbando la herida

Que tengo entre las costillas,

Que se inflama y supura bajo tus largos dedos.


Qué desgraciada eres

Odiada amada mía,

Con tu sexo sucio y ambiguo,

Tu bello rostro entre cabellos afilados

Y esas cicatrices que te provocas…

Qué malparida eres, toda plana y muda.


Cómo te odio, maldita,

Cuando en las noches pegas tu espalda a la mía

Y espías mis sollozos.

Sólo me queda escribir.

Andrés Grenouille, el Bastardo.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Hay música en los cielos... hasta acá se escucha.


Ángel

Muéstrame el libro, muéstrame el fin,

Arrójame al camino que debo seguir,

Señálame la luz que ilumina las lápidas.


Enséñame el sabor de la tierra húmeda,

La perfección del silencio impermeable,

La rigidez de la palabra dicha.


Toca, angelito fantástico, en tu lira los acordes de mi llanto,

Cantaré yo los poemas de mi reír

Y qué espectáculo daremos al público sediento.

¡Aplaudan imbéciles y sigan muriendo!


Angelito mío, criatura promiscua,

Golpéame con tus cabellos de oro,

Mírame con tus ojos grises y sabios,

Bésame con tus dulces labios de infante,

Tan sólo un instante, efímero, ideal…

El acto tiene su fin en sí mismo.


Andrés Bastardo Grenouille

(El iluminado)

sábado, 23 de octubre de 2010


God’s shit

If I get drunk, I can talk in english, terribly but I can.

If I get angry, I can scream like a damned crazy

And destroy you without touch you.

If you get hot, I can be love while you burn.

If I get high, I will talk as god,

And seduce your christian head.

I could cut all my skin and make a box with her,

Inside I would put my shit, my divine shit.

All hungry souls would live happy swimming in my shit.

But, don't worry sweet kid… the box is yours.


Andrew Bastard Grenouille

jueves, 30 de septiembre de 2010

Canto calado...


Intruso

Yo sé que me crees de piedra,

Pero las piedras no ceden al calor de los labios.

Yo sé que me crees ajeno,

Pero no tengo otro refugio que tu imagen distante.

Yo sé que no me escuchas,

Pero ahora, mientras duermes,

Lloro inconsolable al lado de tu cama

Y canto mi locura a voz quebrada.


Andrés B. G.

jueves, 26 de agosto de 2010

En el Olimpo la carne es mejor.

Para vos:

De pronto tu sudor me alimenta,

Tu saliva cura las tragedias de mi piel

Y los resoplidos dan ritmo a la melodía.


Sos vino que embriaga mis deseos,

Nos retamos a duelo y ambos vencemos…

Bailemos, deliremos, la agonía es corta.


Los cuerpos, en misión suicida,

Se buscan ciegos al calor de las lenguas,

Invasiones indultas, lamentos derramados.


Sos batuta en la sinfonía de alientos,

Ni Schubert ni Händel ni Bach,

Ninguno podría si acaso sentir

Nuestras existencias en lascivia sideral.


¡Oh! cuerdos pobres, inocuos castrados,

Esta es la oda de nuestra ambrosía,

Este es el réquiem de vuestra certeza.

Andrés Bastardo Grenouille

sábado, 31 de julio de 2010

Qué extensas son las sábanas...


La reconciliación

Esta mañana la vi, me alegré tanto que no me pregunté porqué estaba aquí si vive tan lejos, solo atiné a acercarme, saludarla y después de un corto silencio incomodo pedirle que habláramos, pensaba pedirle explicaciones, quería saber porqué estaba detestándome; sin embargo ella me recibió con una sonrisa y me dijo que desde temprano me buscaba para hablar, que quería decirme que ya no pensara más en esa extraña discusión que días antes me robó la cordura, que todo había sido producto de las tergiversaciones de ese amiguito suyo que no soporto y ya no tenía porqué preocuparme. No sabía siquiera qué hacer, no cabía un ápice más de euforia en mi cuerpo, sentí cómo salía ese clavo gigantesco que tenía entre pecho y espalda desde el momento en que aseguró odiarme y no querer saber más de mí en una llamada telefónica, la cual no alcanzo a ubicar en el tiempo-espacio, pero creo q llovía cuando pasó… seguido al efusivo encuentro le invité a caminar por el arbolado parque que teníamos justo al lado y parecía invitarnos a inmiscuirnos en sus raíces, decidí no ir a clase, cosa que no me exigía mucho pensar, y disfrutar de esa dicha tan inverosímil que se presentaba ante mí sin exigirme esfuerzo alguno.

Caminamos por un largo rato mientras nos ocupábamos de los temas más banales y estúpidos hasta que decidimos descansar en una banca solitaria, distante de la mirada transeúnte. Me senté de frente a ella, pues no quería perderla de vista, la realidad parecía muy frágil como para darle la oportunidad a un parpadeo de devolverme al salón de clase y darme cuenta q alucinaba por un cartón de LSD de los que suelo tomar para no aburrirme en la maldita clase del martes, pero después de unos minutos ella seguía ahí, no parecía una alucinación y si lo era, pues de alguna forma su presencia era perdurable y no parecía pronto su desvanecimiento entre mis dedos. Me miró a los ojos y me dijo, en forma inadvertida, que ella se daba cuenta de mi libido rebosante y que ella también sucumbía ya bajo el apetito de sus carnes. Sin más, se abalanzó y me besó en forma loca y bruscamente me empujó contra el espaldar de la banca, se sentó encima mío y empezó a estimular mi miembro con los movimientos violentos de su pelvis llevándome prontamente a la erección. Se me hizo extraño que utilizara mis palabras cuando confesó sus deseos, como si espiara mis papeles, sin embargo mi corazón latía como el de un colibrí y no tenía el mínimo deseo de inmutar palabra que interrumpiera el ajetreo que me aceleraba deliciosamente.

Mientras más lo pensaba menos plausible se me hacía que fuese la misma niña inocentona que me empezaba a encantar con sus pucheros frecuentes de niña mimada. Pensé que la situación no sobrepasaría ese nivel del sinsentido pero, para refutar aquel predicción, ella levantó mi camiseta de un solo golpe, inmediatamente miré alrededor lo más veloz que pude para ver si habían vigilantes o mirones y en un instante volví a concentrarme en el foco de mi lascivia, la despojé de su blusa y rompí su sostén para lamerle las tetas, pero ella me apartó y pensé que ya pararía con esa desenfrenada sesión carnal, sin embargo de nuevo me demostró lo equivocado que estaba, besó mi cuello y lo chupó haciéndome moretones, ágilmente se arrodilló en el suelo, me desabrochó el pantalón y empezó a bajar la bragueta de una manera exageradamente lenta, tanto que la ansiedad me llevó a tener la más dura erección que he tenido en mis dieciséis años, cuando llegó a la mitad de la bragueta sentía que mi cuerpo iba a estallar en pedazos gelatinosos de semen.

Por miedo a quedar en ridículo y ganarme el rótulo del precoz más fugaz de todos, le levanté el rostro para darle un beso y así darme un pequeño respiro y retrasar la eyaculación que ya sentía casi liberar, pero al agachar mi cabeza perdí el aliento y vi cómo todo se ponía blanco; de pronto volvió la imagen y me di cuenta que estaba mojado de sudor, vistiendo no más que unos calzoncillos y retorciéndome del placer en la soledad de mi habitación. Agitado por la excitación y rojo de la vergüenza que me provocaba el hecho de que las paredes del cuarto presenciaran tan bochornosa polución, di un largo salto de entre las sabanas y agarrándome de los genitales corrí hacia el baño para, al menos, terminar con algo de dignidad.

Andrés Bastardo Grenouille

martes, 13 de julio de 2010

Entre jardines floridos


Delirio

Las nubes dibujan infinitas formas en sus bamboleos,

Si te tumbas en el suelo tendrás fantasías de algodón.

Las letras supuran orgasmos insospechados,

Orgasmos que Belcebú nunca pudo descubrir,

Ni siquiera cuando bebía el sudor del Señor.

Sumérgete en el mar y tan sólo rasga sus contorsiones,

El mar que te lame eternamente, hasta el fin del dolor.

O busca una piel más cálida que la tuya y roba su vida,

Suéltale encima tu saliva de mosca para que sea más fácil tragar.

Si no lo quieres así, entonces agarra el revolver y sal a matar.

Haz un carnaval alucinado de tiros hasta que acaben contigo…

¡Calla ya! ¡Calla esa malparida vida que aturde mi morir!

Entre el humo gris reposa un alarido, un divino alarido de dios vengador.

Déjame aquí, al margen de la melodía, mientras engullo mi muerte.

Andrés Bastardo Grenouille

martes, 22 de junio de 2010

With deep hatred, for thee:

El No-pueblo

Insulsos son sus cachorros, tan rebeldes en su normalizada irreverencia,

Amorfas están sus gentes que ya no guardan rasgo de humanidad,

Las calles llenas de luces y de un frenesí al que nada se le puede preguntar,

Pues la respuesta será un billete

Y los billetes no hablan, no sienten y no son porqués,

Son ilusiones malditas, muy viciadas y trilladas y brilladas…

Y qué dicen de sus voluntades, todas tan convencionales, todas tan mediatizadas.

La niñez es un jingle, la juventud es virtual y la adultez está vestida de rol, de corbata y rutina.

Tan estandarizados, tan postizos son los gringos con sus ídolos de espuma y ese torpe acento.

Mi cólera está en su “dichoso” desarrollo y su tranquilo caminar,

Y arrasar sin preguntar y hablar sin dialogar

Y explicar sin entender y obedecer y repetir.

En sus muchos edificios que no son más que lápidas, burlescas lápidas,

Sembradas sobre un espíritu terreno, lo que fue esencia y consciencia, sobre un verdadero pueblo.

Imagino al invadido revolcándose en su ira,

En la sangre de su herida que se eterniza en el aire;

Imagino las llamas cayendo del cielo, imagino el estruendo de una bomba ciega

O quizá tan solo tenga que recordarlo, o esperarlo.

Los estallidos, los gritos, las carcajadas mecánicas de las ametralladoras, los pedazos…

¡Cuidado muchacho, suelta esa maldita maquina, es una peligrosa fulminadora de futuros!

¿Es que no escuchas que al viento lo rompe el llanto y el dolor se rebosa por la grieta?

¿Es que no te das cuenta que la belleza escapa de tu ser con el tableteo de tu M16?

No, no hay razón que explique el pánico de un niño.

No hay motivo que trascienda el luto en sangre de una madre.

No hay otredad en la cabeza hueca de un gringo.

Pero el rebelde chamán navajo tocó la tierra y gritó furioso,

Y con sus lágrimas selló una maldición que rezó:

El invasor será obtuso, será ciego,

Las tierras usurpadas serán esquivas a sus deseos,

Sus desmesuras huérfanas de sentido, los harán gordos y enfermos como ninguna raza,

Serán masas grotescas y sufrirán de mil males.

Su identidad viciada, su nacimiento mal habido, serán causa de una incurable incoherencia,

Negaran al yo, masturbarán los mas ridículos dioses, serán sordos, serán parásitos,

Serán superfluos, prosaicos, serán tan solo un viento infecto, uno que enfermará a muchos,

Pero su indecoroso e impertinente soplar será tan solo una altisonancia que apenas rozará la canción, dejando un reniego en lugar de un recuerdo.

Entre historias, esencias y moribundas victimas suyas,

Está este gusano seudopueblo, este niño malformado y desorientado,

Que callará su estúpido bullicio cuando caiga de bruces por no amarrase los zapatos.

¡Que la justicia remunere al negro de la cárcel de algodón para que cante un blues amarillo!

¡Que la revancha empape los labios secos del nativo adolorido y sediento!

Tus pasos, blanco tirano, megalómano exacerbado, los niega el suelo,

La libertad misma denuncia tus improperios.

Gringo, bicho insulso, vacío, gringo malparido,

Prometo ir a tu funeral y dispararle al ataúd… es por seguridad.

Andrés Bastardo Grenouille.

miércoles, 9 de junio de 2010

Ése olor...


Pus

--¿Cómo se mata al Amor?

--Con besos asesinos.

--¿Cómo dices? Los besos no matan.

--Si lo hacen, son como puñaladas

--¿Cómo serían esos besos entonces?

--No se trata precisamente de cómo son.

--Entonces ¿Qué es lo que mata?

--Lo que mata es el beso, pero no por su forma.

--¿Es entonces la saliva?

--No. Es su momento, el tiempo que no existe pero define.

--¿Es el momento del beso entonces?

--Exactamente, el momento.

--¿Cuándo, precisamente?

--Eso es fácil de saber, cuando se percibe ése olor.

--¿A qué olor te refieres?

--Ése maldito olor, el olor del silencio.

--Y ¿A qué huele el silencio papá?

--A dios desnudo y muerto, a pus.

-- Pero si así huele todo el tiempo, a dios muerto.

--Si hijo, es porque dejé su cuerpo en el ático.

--¿Qué pasará con el Amor entonces?

--Morirá, siempre lo hace… ¿me ayudas a limpiar el ático?

--Sólo si luego me enseñas a dar esos infalibles besos.

--¿Ya se ha sobrepasado contigo? ¡Ése enfermo nunca aprende!


ANDRÉS BASTARDO GRENOUILLE.

miércoles, 26 de mayo de 2010

¡Maldita sea!


Torpe quejumbroso

Desear la vida ajena es torpe,

Un ejercicio estúpido e impreciso.

Pensar que una vida es cómoda

Es un equívoco inmortal,

Ninguna lo es y nunca será así.


Se trata de una existencia insulsa,

Un lamento con infinitos ecos,

Que rebotan y rebotan, tan sólo rebotan.

Se trata de una pesadilla confusa,

En la que la profesora de ballet

Te ordena que bailes descalzo

Sobre el ferrocarril;

Y te mandas a la danza

A ojos ciegos y manos sueltas,

Roza mi mano con la tuya y sabrás,

Mi piel es tan falaz como cualquiera.

Ahí viene el tren y en él la orquesta

Cuyos músicos son almas en pena

Que tocan sin cesar serenatas de papel.


Las vidas son tan inocuas,

Son como gritos desgarrados

Cuyas ondas de sonido

No se chocan, no se tocan

Y no rompen el silencio vigilante,

El silencio que recoge nuestros pasos

Para comerlos en la cena.


Andrés M. Bastardo