domingo, 8 de septiembre de 2013

Satisfecho.

La vasta nada.





A carcajadas vomito sobre aquellos sedientos
Que mueren tragando la tierra en donde fue promesa un río.
Y me lubrico con el llanto de todos los mancos
Que se arrancaron las piernas para sentarse a esperar.

¿A qué le temen los muertos más que a su propia boca?
¿Con qué se cava una tumba sino con sucia esperanza?
¡¿Qué mierda viste la gente además de sus burdos miedos?!
¡Ay! esos miedos enormes que van a parar al cielo, pues no se ve más allá.

Yo La angustia la como cruda y sin sal,
Desgarrándola con los dedos y masticándola hasta el olvido;
De sobremesa mi propia sangre, y postre de humo grueso...
Ya satisfecho me tiro al suelo, desnudo y descalzo
Y bullo hacia aquel absoluto que parece un cielo.



Andrés Bastardo Grenouille

2 comentarios:

  1. Uy, no sabía que eras vos!!!!!!! Me encanta este poema con tu característica irreverencia, algo que compartimos, aunque no soy tan buena escritora como vos. Besos. Felicitaciones

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    1. Una completa escritora halagándome con su elegante modestia, eso sí que es una flor. Gracias Myriam.

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