viernes, 5 de febrero de 2010

Otra vez pensando güevonadas...


Me dejaré caer

Me dejaré caer de una azotea,

Durante un momento sentiré que vuelo,

Derramaré algunas lágrimas

Antes de fusionarme con el pavimento,

Unas pocas nada más.

Es un castigo muy cruel caminar entre los zombis

Sabiendo que ya he muerto y siendo el único que se;

Y cuando otro único enterado de la ironía deprimente

Se me cruza en el camino y me saluda: “fútil día”,

Yo no puedo más que darle un beso en la mejilla,

Responderle: “fútil día” y seguir muriendo hacia mi casa.

Quiero sentir el viento en el pecho mientras caigo ya sin freno

Y dejar en el camino gotas de cristal quebrándose entre luces,

Segundos antes de que me pegue al suelo deformado

Aturdirá los oídos transeúntes un agudísimo alarido femenino,

Un grito estremecedor enmarcado en el momento preciso,

Que hará de la escena un efímero resplandor de fantasía.

Febrero 05 de 2010

Andrés.

4 comentarios:

  1. me gusta ordoñez, vé vamos a las reuniones de un colectivo de aca de cali de escritores, te suena?
    seguí escribiendo muy bueno

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  2. Nadie se suicida sin querer herir a a alguien...

    Quiero sentir el viento en el pecho mientras caigo ya sin freno
    Y dejar en el camino gotas de cristal quebrándose entre luces...
    Hermosos versos...Any

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  3. El suicidio es el perfecto atentado al orden psíquico; "la cantidad de lagrimas derramadas, de corazones abrumados, es directamente proporcional a la magnitud de eficacia del acto", simple proceso de física ontológica, disciplina metafísica no comprendida por el sistema educacional.

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