Pus
--¿Cómo se mata al Amor?
--Con besos asesinos.
--¿Cómo dices? Los besos no matan.
--Si lo hacen, son como puñaladas
--¿Cómo serían esos besos entonces?
--No se trata precisamente de cómo son.
--Entonces ¿Qué es lo que mata?
--Lo que mata es el beso, pero no por su forma.
--¿Es entonces la saliva?
--No. Es su momento, el tiempo que no existe pero define.
--¿Es el momento del beso entonces?
--Exactamente, el momento.
--¿Cuándo, precisamente?
--Eso es fácil de saber, cuando se percibe ése olor.
--¿A qué olor te refieres?
--Ése maldito olor, el olor del silencio.
--Y ¿A qué huele el silencio papá?
--A dios desnudo y muerto, a pus.
-- Pero si así huele todo el tiempo, a dios muerto.
--Si hijo, es porque dejé su cuerpo en el ático.
--¿Qué pasará con el Amor entonces?
--Morirá, siempre lo hace… ¿me ayudas a limpiar el ático?
--Sólo si luego me enseñas a dar esos infalibles besos.
--¿Ya se ha sobrepasado contigo? ¡Ése enfermo nunca aprende!
ANDRÉS BASTARDO GRENOUILLE.
¡Oh, los besos del silencio!
ResponderEliminar¡Oh ese silencio que mata al Amor!
¡Quiero esos asesinos besos
que me llevarán al cielo...!
Es verdad, nunca aprende...
Andrés, te leo y me das temor...Any
No me habían dicho cosa más halagadora. Gracias Ana, por ser poeta, por mandar a vuelo las letras que otros dejan caer al suelo, por sentir en abstracto lo que otros desdeñan en su mediocridad.
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