miércoles, 9 de junio de 2010

Ése olor...


Pus

--¿Cómo se mata al Amor?

--Con besos asesinos.

--¿Cómo dices? Los besos no matan.

--Si lo hacen, son como puñaladas

--¿Cómo serían esos besos entonces?

--No se trata precisamente de cómo son.

--Entonces ¿Qué es lo que mata?

--Lo que mata es el beso, pero no por su forma.

--¿Es entonces la saliva?

--No. Es su momento, el tiempo que no existe pero define.

--¿Es el momento del beso entonces?

--Exactamente, el momento.

--¿Cuándo, precisamente?

--Eso es fácil de saber, cuando se percibe ése olor.

--¿A qué olor te refieres?

--Ése maldito olor, el olor del silencio.

--Y ¿A qué huele el silencio papá?

--A dios desnudo y muerto, a pus.

-- Pero si así huele todo el tiempo, a dios muerto.

--Si hijo, es porque dejé su cuerpo en el ático.

--¿Qué pasará con el Amor entonces?

--Morirá, siempre lo hace… ¿me ayudas a limpiar el ático?

--Sólo si luego me enseñas a dar esos infalibles besos.

--¿Ya se ha sobrepasado contigo? ¡Ése enfermo nunca aprende!


ANDRÉS BASTARDO GRENOUILLE.

2 comentarios:

  1. ¡Oh, los besos del silencio!
    ¡Oh ese silencio que mata al Amor!
    ¡Quiero esos asesinos besos
    que me llevarán al cielo...!

    Es verdad, nunca aprende...

    Andrés, te leo y me das temor...Any

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  2. No me habían dicho cosa más halagadora. Gracias Ana, por ser poeta, por mandar a vuelo las letras que otros dejan caer al suelo, por sentir en abstracto lo que otros desdeñan en su mediocridad.

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