lunes, 18 de junio de 2012

Oración para mi tía Chela



Adiós  

Ahí, tras la sombra de la puerta entreabierta y despintada,
Sentada en un maltrecho asiento de madera y cuero,
Ahí, con sus gruesos lentes y humildes vestiduras,
Esa negra de cabellos plateados,
Tan fuerte, Tan viva,
Recordaba infinitas historias;
Frente a ella yo,
Muy atento la escuchaba y admiraba su rara cabellera,
Como con vida, como ardiente fuego;
Ahí, bajo el aroma del café mi mirada se iba furibunda 
En un intento de penetrar los gruesos vidrios y llegar a sus ojos,
Ojos que el infortunio hace mucho dañó sin remedio.

Esa misma,
Mujer virtuosa,
Tan admirable,
Tan amada,
Ahí estaba,
Ahí indignamente tirada,
Olvidada en una fría camilla,
Padeciendo igual que muchos,
Todos apiñados en la sala maldita de un hospital muerto,
Donde ninguno escapará de perecer,
Donde todos en fallido intento me miran de consuelo,
Y con tétrica e hipócrita sonrisa muestran su dolor,
Colosal, contagioso dolor.

Ahí ella,
Ya no tan fuerte,
Ya no tan viva,
Desorientada pero enterada de lo inminente,
Se entregaba a la inmensa paz de la muerte;
Ella, sin pronunciar palabra me hizo entender su decisión,
Más bien deseo;
Una vez más se me hace tan claro que dios no existe,
Una vez más sé que nada es justo,
Que no tiene por qué serlo.
De pronto un frío puño me atraviesa y roba el aire,
Y las lágrimas caen sin que nada las detenga,
De pronto me siento tan vulnerable,
Tan diminuto e insignificante,
Ahí, una vez más, aborrecí la puta vida,
Fui odio e impotencia,
Fui tristeza y dolor.

Desde la oscura agonía asomaba su mano
Y sus dedos rozaban la tranquilidad que se acercaba,
Como la efímera brisa que cae al sediento moribundo,
Ahí, mi negra querida partía sin vuelta,
Ahí, sus ojos desnudos por fin veo y siento,
Y me dicen adiós.

Andrés Bastardo Grenouille
Tu sobrino

3 comentarios:

  1. Dolorosas palabras a un ser querido que se fue. Letras poéticas que marcan la impotencia ante la muerte, la bronca pero también la imposiblidad de dejarlo en el olvido de la página en blanco. Tus poemas, Andrés, son la muestra de que Dios sí existe...Besos...Any

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  2. Y he llegado hasta aquí también para que veas que no te olvido. Espero tus letras en la página de poetas...besito...Any

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  3. Andrés: acabo de llamarte por teléfono a tu casa. Me dijeron que dormías...Te dejé un mensaje con alguien que supongo, es tu padre...Pequeño amigo del alma, me tenías preocupada...Ahora se que estás bien...Besos...Any

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