lunes, 23 de noviembre de 2009

Oda a un bastardo voluntario.


Me puede matar, me puede amar, me puede odiar en silencio y a distancia, puede que crea conocerme mejor de lo que yo mismo me conozco, me puede alimentar, incluso rotular, mas nunca seré suyo:

Impropio


No replique que soy suyo,

No recuerdo haberme vendido,

Tampoco endosé mi espíritu

Al demonio de contratos

Y menos al dios latifundio.

De los donantes de mi materia,

Que honrando al deseo,

Mi existencia fue,

No soy ni seré nunca

Más que heredero de sus rasgos

Y de algún hábito familiar.

No soy suyo,

No soy del presidente

Ni de las guerrillas,

Ni del ejército delincuente

O los hombre-moto-sierra.

El horror de ser del cura no lo tengo

Y soy feliz vociferando:

¡Yo no soy del dinero!

Yo no soy suyo

Ni siquiera eventualmente.

Escapé del esclavista y el clasista,

De la patria y la bandera,

Del himno insolente.

Tampoco soy de Pacha Mama

Y su penoso funeral.

Es mi decisión,

Es la consecuencia,

Ser guardián de la conciencia

Y no ser de la utopía.

No soy suyo,

Ni de ella, ni de él,

Y son serias las sospechas

De que ser mío imposible es;

Pensándolo mejor,

Evaluando mi actuación,

Está claro que no soy,

Tan sólo lo aparento...

Sobre el escenario de cemento

Revolución es denunciar

Un guión lleno de eufemismos.

ANDRÉS

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