Me puede matar, me puede amar, me puede odiar en silencio y a distancia, puede que crea conocerme mejor de lo que yo mismo me conozco, me puede alimentar, incluso rotular, mas nunca seré suyo:
Impropio
No replique que soy suyo,
No recuerdo haberme vendido,
Tampoco endosé mi espíritu
Al demonio de contratos
Y menos al dios latifundio.
De los donantes de mi materia,
Que honrando al deseo,
Mi existencia fue,
No soy ni seré nunca
Más que heredero de sus rasgos
Y de algún hábito familiar.
No soy suyo,
No soy del presidente
Ni de las guerrillas,
Ni del ejército delincuente
O los hombre-moto-sierra.
El horror de ser del cura no lo tengo
Y soy feliz vociferando:
¡Yo no soy del dinero!
Yo no soy suyo
Ni siquiera eventualmente.
Escapé del esclavista y el clasista,
De la patria y la bandera,
Del himno insolente.
Tampoco soy de Pacha Mama
Y su penoso funeral.
Es mi decisión,
Es la consecuencia,
Ser guardián de la conciencia
Y no ser de la utopía.
No soy suyo,
Ni de ella, ni de él,
Y son serias las sospechas
De que ser mío imposible es;
Pensándolo mejor,
Evaluando mi actuación,
Está claro que no soy,
Tan sólo lo aparento...
Sobre el escenario de cemento
Revolución es denunciar
Un guión lleno de eufemismos.
ANDRÉS
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