Lúcido
Hace tiempo que no enfermo,
Los delirios ya son anécdota que puedo contar
Y reír sin llorar.
La rosa se confunde entre el matorral
Ya marchita,
Y sus pétalos que sangran y se tuercen de dolor,
Lamentan no poder enredar mis brazos y mis pies.
Ahora danzo y danzo,
Como un lunático,
Uno que hace reír
Desdoblado en el éxtasis,
Le grito improperios al Amor y otras mentiras.
Estoy curado,
¡Oh señoras y señores!
Puedo ver, puedo ver sus estúpidas caras
Y sus enfermizas sonrisas
Y sus tristes dependencias,
Qué espectáculo más pobre,
Qué aspaviento más ocioso.
Úsame, que yo te usaré…
Andrés.
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